Cuando se dio cuenta de que ella y Jay se estaban alejando cada vez más, tal vez hasta el punto en que las cosas nunca volverían a ser como solían ser, Angeline pudo sentir que su corazón se encogía de dolor.
“Me gustaría tomar un vaso de agua”, le dijo a la enfermera.
La enfermera le sirvió un vaso de agua. Cogió el vaso y bebió el agua de un trago.
El agua tibia no parecía poder calentar su corazón frío.
Se dio cuenta de que el dolor y la lucha por los que había pasado en ese entonces no eran nada comparados con el gran dolor y desesperación que estaba sintiendo en ese momento.
Se acostó en la cama mientras miraba al techo.
Recordó cómo había colocado a Jay en el centro de su mundo durante toda su vida y cómo él fue la razón que la había mantenido con vida. Ahora, sin embargo, su relación parecía estar llegando a su fin.
Angeline ni siquiera se dio cuenta de que se estaba deprimiendo cada vez más. Ella dio rienda suelta a sus emociones mientras envolvían todo su ser, haciéndol