capitulo 1

Me encuentro peleando con Sara porque no quiero ponerme la prenda que me dio ese hombre.

- Tamara, por favor colabora, te lo suplico. Si no lo haces, esos hombres te... - entra aquel hombre y, al ver que no me he cambiado, se pone completamente tenso.

- ¿Por qué no la has cambiado, Sara?

- No me pondré eso - le respondo con altanería.

- ¿Qué dijiste? - dice gritando.

- Que no me pondré eso - le digo levantando la cabeza.

- Eres una m*****a perra - el hombre me agarra del pelo y me da una cachetada, haciéndome caer al suelo. Sara grita y le dice que pare, hasta que este me da una patada que me deja sin aire.

- ¿Ahora sí te lo pondrás? - dice jalándome el cabello con fuerza.

- Sí - digo de forma débil. Él me suelta y yo comienzo a llorar. Sara me ayuda a levantarme.

- Tamara, te dije que hicieras caso - me dice Sara. Esta me pone con cuidado la prenda, organiza mi cabello y me maquilla para hacerme ver más grande.

- Sara, estoy casi desnuda - digo tratando de tapar mi cuerpo.

- Tranquila, te vas a ir acostumbrando. Vamos, el jefe te espera. - Cuando salgo, siento la mirada de todos los hombres y algún que otro piropo feo, que solo hace que quiera vomitar.

- Señor, aquí la tiene - dice Sara.

- Gracias, Sara. Ya te puedes ir - yo la miro suplicando que no se vaya, pero ella solo me dedica una sonrisa.

- Qué hermosa estás - dice el señor Leonel - Lástima que no te pueda tener, porque si no fueras virgen ya te hubiera follado en este escritorio - yo me tenso ante su comentario - Pronto alguien me pagará mucho dinero por tu virginidad. Me harás más rico.

- Señor, por favor déjeme ir, se lo suplico.

- ¡Cállate! - me grita, logrando asustarme - Vamos, ya es hora.

Este me lleva a una especie de salón dejándome en la mitad de este. Cuando prenden las luces, veo ventanales negros, pero no se ve nada, solo mi reflejo. Escucho que alguien comienza a hablar, creo que es el cerdo de Leonel.

- Katy, es una chiquita recién llegada y es una de nuestras mejores joyas, porque es virgen; por tal motivo, el precio es más elevado. Así que, caballeros, que empiece la subasta. 

- ¿Subasta? Siento varios pitos indicando que están dando dinero, pero veo que son dos personas. 

- 2000 dólares. 

- 35000 dólares - dice el otro hombre, hasta que uno de la otra esquina habla. 

- 10000 dólares. 

- ¿¡Qué!? Es mucho dinero. 

Todos se quedan callados, y el cerdo de Leonel habla: 

- ¡Vendida al señor de la cabina 5! - ¡No! 

Apagan la luz y Leandro toma mi brazo con fuerza, pero mis piernas empiezan a perder fuerzas... Me vendieron, me vendieron como ganado; como si fuera un objeto... 

- Sabía que me darías mucho dinero - me lleva a una habitación y me tira en una cama hasta que siento que alguien entra. Es un hombre bastante guapo, piel blanca, ojos azules, con buen cuerpo y ni hablar de la boquita que tenía. Cuando este se acerca, yo retrocedo en la cama. 

- Tranquila, no te haré nada, por ahora. 

- ¿Por ahora? ¿A qué se refería con eso? 

- ¡Por favor, déjame ir, se lo suplico! - le digo casi llorando. 

- ¡Basta! No me hagas esas escenas. Ponte esta ropa rápido porque me urge salir de aquí - me tira unos jeans y una camisa, y me la coloco rápidamente. 

- Ya estoy lista - le digo tímidamente. Este me toma del brazo, se despide del infeliz de Leandro y me saca de ese lugar. 

- Súbete - me subo a su carro, que es precioso, y me lleva a una casa enorme. 

- ¿Aquí vives? - le pregunto, y él asiente. 

- Te mostraré tu cuarto - toma mi mano, y cuando lo hace, siento una corriente eléctrica por todo mi cuerpo. Él abre una habitación, que al verla, quedo sorprendida por lo grande y hermosa que es. 

- ¿Te gusta? - pregunta él, sin dejar de verme con esa mirada penetrante que tiene. 

- Sí, es bonita y grande - lo miro con algo de miedo por lo que voy a preguntar -. ¿Puedo preguntar algo? - Él se voltea haciéndome una señal de que hable -. ¿Me dejarás irme en algún momento? - Él sonríe y se acerca a mí. 

- No, niñata. Yo te compré y ahora eres mía, y te utilizaré a mi antojo - sale de la habitación, dejándome atónita por su comentario. Siento una lágrima caer por mi mejilla, y es así como me tiro a la cama comenzando a llorar hasta quedarme completamente dormida. 

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