― No lo es, es la realidad, mi amor es un sueño hecho realidad ― le dijo Enrique dándole un beso en la frente.
― ¿Te imaginas hasta que estemos los dos viejitos? ― le preguntaba Selena tratando de no llorar, sabía que eso no podía ser posible dada por la enfermedad que ella tenía.
― Si seremos dos viejitos temblorosos y nos iremos a vivir a una cabaña con un lago muy bonito ― respondía Enrique con una gran sonrisa, se imaginaba a Selena con su cabello blanco caminando con dificultad a su lado para llegar a su destino.
― Nuestros hijos serán nuestro orgullo ― contestaba Selena agachando la mirada, sabía que eso no sucedería; sin embargo, no tenía el valor de decirle a Enrique que muy pronto dejaría este mundo.
― Tendremos nietos y estaremos ahí sus abuelos, disfrutando de sus travesuras y consintiéndolos ― decía Enrique, feliz de imaginarse toda una vida al lado de Selena, por lo que ella asentía porque en el fondo eso era su más grande ilusión.
― ¿Sabes? Estamos creando un futuro para