Inicio / Romance / los enredos de la chica gordita / capítulo 4: Conociendo al pequeño rinoceronte.
capítulo 4: Conociendo al pequeño rinoceronte.

Gianluca.

Son las 6:30 de la mañana y estoy observando desde el gran ventanal de mi departamento la magnífica vista que me proporciona Manhattan mientras bebo el café amargo, como a mi me gusta.

Hasta hace unos días no sabía que iba a estar a cargo de unas de las oficinas de mi padre, el gran Marco Vari, uno de los mejores abogados del país.

Debería estar orgulloso por eso, pero la verdad es que no lo estoy, estoy acostumbrado a vivir mi vida tranquilo, disfrutando de fiestas y de mujeres como lo vine haciendo desde que mi novia de 5 años me dejó hace 6 meses para irse a estudiar al extranjero; se suponía que íbamos a seguir viéndonos hasta que corto de raíz todo contacto, para después enterarme que estaba a punto de casarse con un arquitecto que conoció hace 2 meses.

Todavía no lo podía creer, su prometido era prestigioso y de una de las familias más adineradas del reino unido; y yo como un tonto pensando que iba a volver en un año para seguir con nuestra relación.

Sin embargo lo único que hice fue emborracharme día por medio y salir de fiesta todos los días, hasta que mi padre me puso un ultimátum:

-O ejerces la carrera de abogacía en una de mis empresas o te desheredo- , y bueno, aquí estoy a punto de hacerme cargo.

Por más que quisiera seguir con mi vida hundiéndose en el dolor, debo irme a las oficinas, espero que así mi padre deje de torturarme.

Estoy llegando al edificio, junto con mi asistente Vincent rumbo a los ascensores cuando una estampida o eso creo cae encima mío arrojándome al suelo, abro los ojos enfurecido y veo a una chica gordita de pelo castaño tirada arriba de mi cintura, lo único que pude vociferar ante la mirada de todos fue, que carajo? sal de encima mío pequeño rinoceronte!! Maldije en voz alta ante la mirada atónita de Vincent y los demás empleados que estaban en ese momento en el Hall de ingreso.

La chica que estaba encima levantó la vista hacia mi completamente ruborizada y susurrando un lo siento, pero ya estaba furioso por como había empezado mi día.

Se levantó como pudo y pude notar lo apenada que estaba, Vincent se acercó a mi lado y ayudó a levantarme, arreglé mi traje, di media vuelta sobre mis talones y me dirijí hacia los elevadores para subir a mi oficina, lo primero que iba a hacer era decirle a Isobel, secretaria de mi padre ,que pusiera un guardia en la entrada para que no dejara entrar a esa clase de gente al edificio..

Pasaron unos minutos desde que Isobel me avisó que mi nueva secretaria, quien se estaba por recibir de abogada y estaba realizando una pasantía para terminar su tesis en las oficinas, iba a llegar. Sentí unos golpes apagados en la puerta y con un "adelante" de mi parte la puerta se abrió y cuando levante la vista de unos documentos ví al pequeño rinoceronte ingresar. Vaya vaya, si que la vida es injusta, mi nueva secretaria no es otra que la castaña que me tiró en la entrada; estos meses si que serán entretenidos.

-Buenos días señor Vari- me dice en un tono bajo, esbozo una media sonrisa sarcástica y la miro con desdén.

Me dirijo hacia ella en tono de burla - cómo te llamas rino? -

-Ehm Me llamo Lila Monroe señor- dice mirando al suelo;

-Vista arriba rino- le digo tentado

-Tu primera tarea de hoy va a ser traerme un vaso de agua y un café bien cargado, ahora puedes irte- respondo.

-Si si señor enseguida se lo traigo- Sale de la oficina casi tropezando con el jarrón decorativo que está cerca de la puerta.. No sé cuánto podré aguantar a esta chica.

Mientras sigo mirando los casos que llegaron a la oficina para ver cuáles acepto y cuáles no, la pequeña rinoceronte vuelve a entrar con el café y el agua que le pedí, cuando está por llegar a dejarlos en el escritorio termina chocando con el y por como si fuera poco termina tirando todo el contenido en mi traje nuevo, el café que cayó sobre mi pantalón quema mis partes por lo que lanzo un alarido de dolor, la chica tonta que tengo enfrente, asustada agarra unos pañuelos de papel y empieza a querer secarme

- Lo lo lo siento señor, no fue mi in teenn ción- dice muy asustada.

Vincent que escuchó la conmoción en la oficina entro corriendo y vió como trababa inútilmente está chica limpiarme y se dió instantáneamente la vuelta fingiendo que no había visto dicha situación un tanto incómoda; fruncí el ceño y demandé - Vincent consígueme unos pantalones nuevos ya que está inepta mojó los que traigo puestos con café-

Él me devolvió la vista horrorizado por lo que dije, preguntando si me encontraba bien, a lo que le pedí que por favor llamara al médico del edificio. Asintió y salió por dónde vino no sin antes sacar a esta chica de mi vista.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP