Una mirada diferente.
Corri hasta la puerta y lo ví subir a su auto e irse. Con el corazón contristado regresé adentro. Me senté en el sillón y medité durante un tiempo. ¿Qué pasaría si lo detengo? ¿En verdad estoy preparada para corresponder a sus sentimientos? Sería lo mismo de siempre. Sentir un rechazo inevitable que no me deja amarlo como él quiere o como me gustaría hacerlo. Cierro los ojos pensando en porque su decisión es la mejor.
Los días transcurren y aunque Julián hace video llamadas a los niños cada noche, no lo han vuelto a ver personalmente. Leonor dice que los negocios lo han apartado de Canadá por un buen tiempo. Claro que eso ha afectado el animo de mis pequeños y no voy a negar que un poco el mío , por eso intento hacer cosas con ellos para animarlos. Cómo por ejemplo cocinar juntos.
Preparamos un pastel un viernes por la tarde y disfrutamos enormemente a medida que la harina va a parar sobre cada uno convirtiéndonos en fantasmas malvados y haciéndonos gritar y reír muy divertidos. L