ANDROMACA
—Doctor—ingresa mi ángel—como está la mujer más linda del mundo.
—Anker—susurro.
—Excelentemente—se acerca mi oído—si dices algo tu abuela pagara las consecuencias porque tu querida Anita es mi tía.
Impacto fuerte que me desintegra, se aleja con una sonrisa tomando su tabla, sonriendo con el dolor que ha provocado con sus palabras, trago en seco, aspero sintiendo esa mirada lujuriosa en mi.
—Es una mujer muy fuerte—le habla a Anker que sonríe—en su estado es recomendable reposo absoluto—me mira—nada de sobresaltos porque podría perder a la criatura.
Entiendo la amenaza en sus palabras paralizándome en el acto, sale y me desmorono en los brazos de Anker.
—¿Princesa que sucede?—su hombro es mi refugio y desearía que fueran el de Stavros—debes estar feliz, vas a ser mama, y ademas de eso calmaras al ogro.
—Ayudame a escapar por favor.
Tengo que irme, correr, escapar, huir de aquí, todo se me va por la borda y no tengo salvavidas, ninguna la tiene, ni Artmis, ni yo, mucho menos