Rápidamente, colgué la llamada mientras que Raphael susurraba:
— Nunca dejaré de amarte Aline nunca — susurro Raphael mientras colgaba el teléfono por lo que se sienta en el sillón con la guitarra que tenía en su mano.
Había desconectado el teléfono Ulises entró a la casa quien furiosamente se acercó a mí.
— ¿Con quien hablabas? — pregunto su Ulises mientras sujetaba mi brazo con fuerza.
— Con nadie que te importé — le dije con furia mientras que él me apretaba la quijada con fuerza.
— Hasta cuándo se irá tu madre — me dijo Ulises mientras sujetaba mi brazo.
— Hasta que ella se recupere — le conteste de mala manera por lo que Ulises solamente negó con la cabeza.
— Es solo una pobre vieja — me respondió Ulises muy despectivamente.
— ¡¡Es mi madre!! — vocifere furiosa e indignada por lo que dijo Ulises.
— Como sea será llevaba al asilo — me comento Ulises de mala manera subiendo las escaleras con la intención de llevarse a mi madre.
— No eso nunca — le grite a Ulises deteniéndolo.
— Es