Carmilla
Todos estábamos concentrados en los arreglos de la gran fiesta que se acercaba, era una de las pocas veces que tanto los sirvientes hombre como mujeres trabajábamos juntos y yo aprovechaba la oportunidad para estar junto a Tom
Me la pasaba a su alrededor y platicábamos en cada momento
Al parecer él también fue vendido desde muy corta edad, desde que llegó a trabajado con Jerry, el hombre que parece estar siempre enojado y daba algo de miedo
—Él es una muy buena persona, lo considero como un padre —dijo Tom mientras colocaba una de las mesas en una esquina
Termine de poner unos manteles blancos con encajes dorados sobre la mesa
—¿Jerry fue quien te dio el nombre? —le pregunté sin mirarlo, estaba concentrada en arreglar la mesa y que quedara muy bien, por que de no ser así me castigan, sería regañada y golpeada
—Si, yo tampoco tenía nombre cuando llegué aquí— no dijo nada por un momento, el silencio fue tanto que me entró curiosidad y al darme la vuelta para verlo el se enco