Leyna:
—Listo, ya coloque el nuevo gotero —mencionó la doctora ojeando una libreta
—Gracias doctora —murmure y me recosté en la cama
—Puedes decirme Tayla, no es necesario que me llames doctora —dijo mostrándome una sonrisa carismática, le devolví la sonrisa un poco cansada, la verdad me sentía muy débil —llegaron —dijo Tayla sorprendida
—¿llegaron?, ¿quienes? —dije dudosa, Tayla me miró con curiosidad, pero parecía no ser para mi
—No es nada, todo está bien, vendré a verte mañana, para ver tu progreso —se despidió y sali&