“Za…”. Dejo de hablar cuando él me envuelve con sus brazos con fuerza y apoya su cabeza contra mi hombro, tomando una respiración profunda. Me recuesto contra él, colocando mi mano sobre sus brazos mientras extiendo mi otra mano, colocándola sobre su musculoso bíceps.
“No regresaste”, murmuro.
“Siempre regresaré, lo sabes. Solo necesitaba un poco…”.
Asiento mientras apoyo mi cabeza contra la suya. “Sabes… tal vez ni siquiera estoy embarazada”, digo suavemente.
“Pero podrías estarlo”.
Asiento con la cabeza. “No eres tu madre o tu abuelo…”, murmuro en voz baja, sabiendo que es parte de cómo él se siente. “Sé que serás un alfa y un padre increíble porque te he visto preocuparte por los demás…”.
“O ves demasiada maldita bondad en mí”, murmura. “Fui criado para matar, y es algo que haría cada vez que surja la necesidad. De buena gana. ¿De verdad quieres que un asesino esté cerca de tus hijos?”.
Frunzo el ceño mientras me doy vuelta en sus brazos y toco su rostro. "Zade… nuestros hi