Capitulo 2
Brenda dirige a Mika por los pasillos del enorme complejo, -este es un buen lugar para sentirte segura, RECO cuida bien de nosotros, nos envían provisiones con frecuencia, nos brinda protección, su personal médico es aceptable y en un par de días te ubicarán en un lugar en el que puedas comenzar de nuevo, te darán un propósito-, dice Brenda mientras toma la mano de Mika
Un guardia se acerca a Brenda y le indica que la reunión matutina comenzara, la doctora mira su reloj y maldice, -¡mierda!, voy tarde otra vez, sigue este corredor, te llevara a donde están los otros habitantes, te veré más tarde,- Mika agita su mano en señal de despedida y ve marcharse a Brenda, la única persona que le parecía familiar en el lugar.
Mika camina lentamente por el pasillo, mientras toma la placa en su cuello y la mira detenidamente, la placa tiene una serie de números grabados al reverso, -¿Qué m****a?, se interroga a si misma, -¿estas perdida?,- Mika escucha una voz varonil nacer detrás de ella, sus ojos buscan al autor de tan placentero sonido, una joven de cabello castaño y ojos azul profundo se encuentra mirándola, Mika tartamudea, sus mejillas se tornan rojizas y trata de articular una oración decente.
El joven le señala el fondo del pasillo, -no sé a dónde vas, pero a juzgar por tu ropa, eres nueva y deberías estar en el salón principal, ahí se concentran los que están de paso, acompáñame-, Mika asienta y mientras camina tras el aprieta los ojos y sacude su cabeza, -eres una ñoña, solo porque tiene ojos hermosos, un cabello perfectamente acomodado y un cuerpo infernal te vuelves una gatita estúpida, ¿en serio Mika? -, se reclama.
Mientras se acercan al final del túnel Mika puede apreciar un gran salón, el ruido las voces de todos los presentes chocaba en las paredes del gran complejo y comenzaban a aturdirle, -bien, -dice el joven, -aquí es donde tú te quedas, debo irme, si necesitas algo búscame ¿sí?, por cierto, mi nombre es Joseph-, Mika se queda sin palabras una vez más y Joseph se desvanece entre la oscuridad del túnel que lo aleja del salón.
Mika busca un sitio para acomodarse, se sienta y observa las personas que se encuentran con ella, la mayoría jóvenes de su edad, de entre los 15 y 20 años, el murmullo era ensordecedor, pero era obvio, adolescentes en pleno desarrollo con las hormonas al cielo, sin nada mejor que hacer; Mika se recuesta sobre sus brazos y cierra sus ojos, de pronto alguien salta a la mesa, -¡hola! tú debes ser de los nuevos ¿no?, mi nombre es Aarón, Mika lo mira con evidente confusión, -hola, sí, soy nueva aquí-, Aarón se acomoda a su lado empujándola sobre la banca, -bien, tienes suerte, puedo responder tus preguntas sobre este lugar, llevo más tiempo que nadie aquí, si hay alguien que sabe lo que sucede y cuándo es que sucede, soy yo-, le dice orgulloso.Aarón es un chico joven, casi tan despampanante como Joseph, sin ese aire de misterio que podías sentir cuando Joseph se acercaba, pero parecía amable, su sonrisa de oreja a oreja casi te hacia ignorar su pálida piel y cabello rojizo, y sus penetrantes ojos verde aceituna seguramente podían hacer vibrar a cualquier mujer. De pronto la sala quedo en silencio y un grupo de hombres entran al salón, uniformados y con caretas que no les dejan ver ni los ojos, un hombre de bata blanca se acerca, - ¡silencio chicos!, sé que esto es un poco frustrante, pero hay pocos lugares y no podemos llevar a todos, sean pacientes, mencionare algunos nombres si escuchan el suyo pasen al frente y de forma ordenada se retiraran conmigo,- la lista de nombres fue larga, un grupo mediano de jóvenes se retiró del salón con los uniformados, -¿A dónde van?, pregunta Mika, Aarón encogió sus hombros, -nos dicen que vamos a un mejor lugar, un campo libre de infección, a trabajar, nos pagaran por ello, tendremos una buena vida, lejos de las criaturas que hay afuera, de las personas infectadas, es todo un cuento de hadas, ¿no crees?-, interroga Aarón, ella inclina su cabeza y pone sus ojos sobre los del chico, -tu no lo crees, ¿no es así? puedo darme cuenta.
Aarón se levanta y sacude su ropa, -no puede ser tan bueno, llevo aquí dos meses y sigo esperando, ya veremos.