Para Luke, Harvey era un hombre evidentemente pobre que no tenía derecho a estar al lado de Mandy.

Mandy, sin embargo, no se dio cuenta de la expresión del hombre. Preguntó con curiosidad: "Señor Perry, ¿ahora está trabajando aquí?".

Luke sonrió gentilmente. Sintiéndose un poco complaciente, respondió: "Sí, me acaban de ascender a director general de este complejo. Aquí está mi tarjeta".

Cuando terminó de hablar, le entregó a Harvey y a Mandy una tarjeta cubierta de oro a cada uno.

Mandy recibió la tarjeta y la miró un par de veces. Luego, dijo amablemente: "Señor Perry, le está yendo bastante bien ahora. Entonces, usted es el mejor entre todos los profesores".

Luke se dejó llevar por los elogios de Mandy. Sin embargo, en este punto, todavía habló con humildad. "Para decirlo sin rodeos, la gente como nosotros no somos más que empleados de clase alta. Nuestro salario anual no llega ni a un millón y medio, y no se puede comparar con el de las grandes familias".

"Ah, cierto. Me disc