Al notar que Ragnar parecía mucho más tranquilo y relajado que otros días, Anna sonrió. Sin duda, aquel hombre, tenía el mismo carácter que su padre.
― Primero, quiero que pares con el ‘usted’ ―dijo Anna clavando sus ojos en Ragnar, quien se mostró sorprendido antes de asentir
―Claro, perdóname, Anna, aún no me acostumbro ―
―Vale, mejor así ―dijo Anna sonriéndole ―Lo siguiente que tengo que pedirte es, Ragnar… ¿Serías mi guardián? ―
― ¿Perdona? ―preguntó el lobo abriendo sus ojos con sorpresa
―Verás, mi madre acaba de llamarme, me dijo que habló con mi padre anoche y él quiere pedirte que te unas a nuestra manada junto al resto de tus hombres, pero, sobre todo, quiere pedirte que te conviertas en mi guardián mientras que él y Byron están fuera ―
Al ver como los ojos de By