Capítulo 10: Dejarlo descansar o perder una mano.
―Una vuelta más Amara ―
Ante la orden, la loba gruñó con fastidio, sin embargo, cuando Damon la adelantó, Amara aumentó la velocidad poniéndose a la par de su compañero quien gruñó divertido ante su irritación.
―Venga, te estás quedando atrás ―la regañó Ragnar al ver que la loba volvía a aminorar el paso ―Sé perfectamente bien de lo que eres capaz, así que no quieras engañarme ―
“Pero Ragnar, ya hemos corrido más de dos horas, por Selene, ya pasan de las ocho”
― ¿Prefieres hacerlo en tu forma humana? ―le preguntó Ragnar cruzándose de brazos, y si bien se lo había dicho con un tono serio, el hombre lucía una sonrisa divertida pues a modo de respuesta, Amara había gruñido con fuerza
Pese a que la fiesta de bienvenida había terminado a las cuatro de la mañana, Ragnar no tuvo compasión alguna, y fue a buscarlos a las cinco de la mañana para poder comenzar con sus entrenamientos.
Según sus palabras, la resistencia era sumamente importante, por lo que primero, los hizo atravesar el territor