Reymond vuelve a levantarme en sus brazos como si todo lo que yo le pidiera solo fuera un chiste para él, porque antes le pedía que me soltará y ahora que le pido una explicación, hace lo mismo que antes: ignorarme.
— Sin duda, te esfuerzas mucho en ser el peor villano del mundo.— ¿Quién te dijo que me esfuerzo, Elise? Cada cosa que hago me sale natural, porque no la medito mucho, si no, que actúo. Porque la maldad no se improvisa. — dice Reymond y yo intento alejarme de él, pero, mi cuerpo no responde.— Esto no está bien, al menos deberías dejarme moverme.— Lo haré, después que te ate a la cama, para comprobar que no serias capaz de escaparte y exponerte a un peligro innecesario. — dice Reymond.Observo seriamente a Reymond, porque solamente eso le faltaría a él para que lo odie aún más. Pero, eso no parece i