Kiara.
Semanas después.
—¿Gustas más flan?— Preguntó el hombre, con la mirada en Kendra.
Ella negó.
—¿Disculpa? No te escuché.—
—No.— Miró su plato. —No gracias.—
—Y ¿Tu Kiara?—
—No ya he comido mucho.— Respondio. —Si me permiten iré a mi habitación a terminar mis tareas.—
—Anda ve, Cuando termines baja a mi despacho quiero hablar de unas cosas contigo.—
—Si, permiso.—