Casa a la orilla del mar…

Luego de ello, aseguramos a cada niña al asiento, por primera vez veo que Ana se sienta en el asiento del copiloto y eso me hace hablar...

- Tu normalmente viajas atrás. – digo recordando que ella siempre se sentaba ahí para cuidar a las niñas de cualquier accidente, incluyendo helados derretidos.

- Bueno, pues hoy quise subirme a tu lado. - dijo Ana, y aquellas palabras llenaron mi corazón.

- ¡Mamita! ¡Papito! ¿Nos van a hacer nuestra tarde de playa? – preguntó Paz con suma inocencia.

Sé que ambos veníamos exhaustos, pero una promesa era una promesa y soy un hombre de palabra, así que…

- ¡Claro, mis amores! Prepárense que vamos a tener una larga tarde de playa… - digo y sé que nuestras vacaciones terminaron.

En el auto las risas y las historias no acaban, minutos después ya estamos entrando a casa.

- ¡Ey! ¡Ey! Esas maletas no va a llegar solas a su habitación… - digo con un tono que no acepta un no como respuesta.

- Papá, tu eres fuerte y las puedes bajar… Además, recuerda que nos de
Alut

Estimadas lectoras y lectores Cada día nos vamos a cercando al final, Ana, Héctor y sus hijas poco a poco se irán adaptando a una nueva vida en familia.

| 10
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
capítulo anteriorpróximo capítulo

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App