—Eres su amigo. Claro que hablarías por él —dijo Sofía, mirando a Julio.
No tenía una opinión muy clara sobre Jaime, pero creía que él y María no eran compatibles. Quizá, como Julio decía, esto se debía a que Jaime no sabía amar debido al entorno en el que había crecido. Si ese era el caso, Jaime debería aprender primero a querer y luego ir a buscar a María cuando supiera hacerlo. No tenía sentido que se aferrara a María antes de aprender a amar.
—Es normal. Tú quieres que María sea feliz y yo quiero que Jaime sea feliz. No hay nada malo en ello. —Julio no creía que estuviera cometiendo un error al ayudar a Jaime. Al contrario, consideraba que sería inapropiado no hacerlo.
Sofía no hizo ningún comentario al respecto, pues estaba de acuerdo.
—No te preocupes. Sólo quiero darles a ustedes dos la oportunidad de relacionarse. Si a María le gusta Jaime, no hará caso a Juan.
—Vale —asintió Julio, pero no estaba de acuerdo.
Aunque a María no le gustara Juan en ese momento, no había garantía