Juliana temía que todos sus trucos y artimañas hubieran sido en vano. Más aún, le preocupaba que sus planes fracasaran y Sofía continuara ganando terreno...
Sorprendido por la inesperada pregunta, Rodrigo hizo una pausa y la miró con una sonrisa burlona en el rostro.
—¿Qué opinas al respecto?
—No lo sé —Juliana sacudió la cabeza, siendo sincera. No tenía ni idea.
Cuando los Cruz estaban cerca y su familia estaba unida, pensaba que tenía mayores posibilidades de casarse con Rodrigo, sabiendo que él aceptaría los deseos de ambas familias a pesar de no sentir nada por ella.
Pero ya no estaba tan segura de eso.
Para él, parecía un chiste.
Con desdén, Rodrigo dijo:
—Vaya, ¿ahora no estás segura? ¿Significa eso que antes tenías confianza en ti misma? —Interpretando su silencio como afirmativo, sonrió satisfecho—. Tienes una autoestima muy elevada.
Tras esto, se retiró a su habitación sin responder a su pregunta. Sin embargo, estaba seguro de que ella había recibido el mensaje.
En la sala, J