—Se ven muy bien juntos —comentó Lucía despreocupada, atrayendo la mirada de Julio. Luego se apresuró a aclarar—. Los López y los Cruz pueden ser parientes, pero Sofía y Leo no son consanguíneos. Todo el mundo lo sabe.
Aunque Bruno había presentado a Sofía como la hija perdida de Paloma y él, todo el mundo era lo suficientemente listo como para darse cuenta de que Paloma no era la madre biológica de Sofía.
A Julio le molestó que le recordaran que Sofía y Leo no eran parientes consanguíneos. Su existencia le pareció inusualmente chocante cuando volvió a mirarlos.
—Vamos —le instó Lucía.
Asintió y se fue con ella.
No esperaba encontrarse con Sofía durante su reunión de negocios en el restaurante, y se sorprendió aún más al verla comiendo con Leo.
Cuando Julio y Lucía se fueron, Leo volvió a centrarse en Sofía.
—¿Ese tipo no es tu exesposo?
Gracias a su minuciosa investigación, estaba más que familiarizado con los antecedentes de Sofía. Así fue como reconoció enseguida a Julio César.
—Sí