Sofía no volvió a casa de Diego cuando salió del hospital. En cambio, fue a Grupo Rodríguez. a buscar a María.
Ahora, María era la directora general de Grupo Rodríguez, y aunque los Rodríguez aún no eran muy conocidos en el DF, cada día subían de rango.
Mirando a María, bien vestida con su americana, desprendía el aire de una mujer de éxito.
—María, eres realmente increíble—Sofía nunca había esperado que llegaría un día en que María se pondría así.
El destino era impredecible en muchos sentidos.
Por ejemplo, Sofía se convirtió en hija de la familia López y, tras entregar por fin las riendas de la empresa a un equipo directivo de confianza, pensó que a partir de entonces podría ser libre. Sin embargo, en ese momento sintió que había perdido completamente su libertad.
No podía ignorarlo todo. Diego era su salvador, así que no podía quedarse de brazos cruzados.
—Sofía, no pareces estar de buen humor—María le sirvió una taza de café y se sentó a su lado.
Sofía suspiró. Vino a busca