Dado que había crecido junto a Sofía, Antonio la conocía muy bien.
De ninguna manera le diría que fuera responsable de Mariana solo porque se acostaron una vez.
Antonio la miró, esperando a que hablara.
Bajo su mirada, Sofía se sintió frustrada.
Por supuesto, no podía pedirle responsabilidades a Antonio solo porque se acostaron juntos, sobre todo porque Mariana se había aprovechado de Antonio.
Finalmente, suspiró y dijo:
—Hoy me encontré con Mariana en el hospital.
Antonio frunció el ceño, sin entender por qué Sofía le decía eso. Mariana no le importaba en absoluto.
—Vino a verme porque le dolía la cabeza. Le sugerí que se hiciera una tomografía cerebral, pero...
Sofía se detuvo y miró a Antonio.
Antonio seguía completamente desconcertado, pero cada vez estaba más enojado con Mariana. Le había advertido que no contara a nadie lo que había sucedido en el pasado, así que no esperaba que Mariana acudiera a Sofía.
Según la opinión de Antonio, Mariana había fingido el dolor de c