Esmeray Lie.
La tormenta helada había terminado, todos habían regresado a la manada, fueron 3 días frías, días que podía haber conocido otras facetas más de Luan, pero que no se pudo por estar ocupado en algunas cosas de la manada o del trabajo, solo lo veía en el desayuno y la cena, el almuerzo sí que dejaba algo de comer y desaparecía, cuando llegaba la noche, dormía a mi lado dándome calor y ya.
No tuvimos conversaciones profundas, ni momentos divertidos, nada de nada era como si me evitara de alguna manera.
Y eso quisiera explicarle a Deborah que me mira con cierta rabia hacia a mí, ya que todos andan hablando sobre cómo me quedé con Luan 3 días y dos noches enteras entre 4 paredes.
— Solo diré algo… mantén distancia y recuerda, solo eres un recipiente y más nada, ¿Sí? — asiento viendo cómo se va hacia su cabaña bien confiada, Robin se me acerca y mira por dónde se fue Deborah.
— Pobrecita, solo existe Luan en su cabeza, supongo que no tiene más oxígeno para que le llegue más info