La directora nos ofreció su auto para ir a casa, sin embargo, papá no aceptó. Sin insistir se marchó escuché antes de irse que le hablaba a papá muy bajito:
-Pueden tomarse la semana los tres, yo estaré al pendiente.
-Gracias.-Papá continuaba con los brazos caídos hacia los lados de su cuerpo, la mirada perdida en el sueño.
-Referente a lo que Lourdes me pidió…
-Olvídalo.-Papá la miró y rotundamente negó con la cabeza.
-Aun así iré