Pasado.
Sentí una mano rozando mi mejilla y luego mi cabello. Abrí mis ojos de golpe y me topé con la mano de André y una pequeña sonrisa en sus labios.
─¿Dormiste bien? ─preguntó.
Me estiré en mi lugar y pude apreciar que ya el avión se había detenido.
─¿Ya llegamos? ─pregunté y André asintió. ─¿Cuánto dormí?
─Todo el viaje y eso solo te pasa por beber como lo haces aun no entiendo como tus órganos siguen como si nada ─soltó. ─Veinticuatro años y tienes más alcohol en tu sistema que yo a mis veintiséis.
─Ay cállate ─me levanté del sofá