26. "Tú eres una mujer libre"
Casi a las nueve, Alejandra se despertó y sintió hambre... deseaba un baño relajante porque estaba adolorida. Felipe seguía dormido a su lado tan tranquilo como un niño; miró su rostro, su cabello, su pecho desnudo y se preguntó:
-¿Cómo pudiste perderte tantas horas de mi vida? ¿dónde estuviste todo este tiempo? -dijo y acarició su cabello. Él besó su mano mientras se despertaba y la miró con tanto amor que el corazón se le encogió.
-Buenos días -susurró ella
-Buenos días, mi amor
-Levántate perezoso, tenemos que alimentarnos
-Ya tengo mi comida favorita aquí -y pasó la mano por su cintura- ¡Ñau, ñau! -e hizo el gesto de devorarla y ella soltó una carcajada.
-Qué loco eres...-se quedaron en silencio un rato.
-Ahora ¿qué vamos a hacer? ¿cómo resolvemos esto? -preguntó ella.
-Pues, yo no tengo problemas en gritar mi amor por ti a los cuatro vientos...
-Tú sabes que para mí no es tan fácil...hay circunstancias que considerar y personas que podrían salir muy afectadas así que debemos