Después de llorar sin control alguno entre los brazos a de Carrick, Olivia se quedó dormida, no podía imaginar qué haría con su vida de ahora en adelante, pero sabía que era momento de ponerse en pie y tomar el control de su vida y al de Milena. Cuando salió de su habitación la pequeña estaba coloreando junto a Alonso un rompecabezas cuyas piezas podían colorearse, la mujer sonrió y preguntó qué les gustaría comer.
—Te he hecho sopa, tenías un pan que tosté y preparé lasaña.
—¿Aprendiste a cocinar desde hace cinco minutos?—preguntó incrédula y divertida Olivia y Mily rio.
—Ya lo probé y está rico—Aseguró Mily, porque tampoco estuvo convencida de las habilidades de Carrick para preparar comida.
El joven se acercó a abrazar a su amiga, le dio un beso en la frente y le recordó que sus opciones eran infinitas. Ella asintió y le abrazó de vuelta, luego les pidió que le dejaran hablar con los médicos para entender qué estaba pas