POV de Fredric
Los periodistas ya llenaban el patio del hospital cuando llegué. Seguramente estaban esperando la llegada de cualquiera que viniera a visitar a mi abuela, o incluso esperando que ella saliera.
Maldición. Odio ser una figura pública cuando se trata de casos complicados o noticias trágicas como esta.
Admiro a mi abuela; desde la muerte de su esposo, la desaparición de mi padre, mi rebeldía, hasta la muerte de mi madre, siempre enfrentó sola a estos periodistas.
Fui demasiado estúpido al elegir entrar por la puerta principal. Debí haber coordinado con los asistentes que acompañan a mi abuela y con el personal del hospital para usar la entrada VIP, así estos reporteros no se habrían enterado de mi llegada.
Pero ya era demasiado tarde. Ya se estaban acercando a mi coche.
Mathilda, viva o muerta, siempre logras complicarme la vida. Eres insoportable, torturas mi alma. Me siento triste y al mismo tiempo enojado contigo.
El destello de las cámaras me cegó al bajar del coche.
—¡