Camila llama a Guadalupe, pero su amiga está ocupada y no puede ir a verla. No le cuenta por mensaje lo que ha pasado para no preocuparla, ya que no podría conseguir lo mismo si sabe. A su vez, Ismael la llama, ya que ella le ha mandado un mensaje mientras entraba a su departamento.
—Necesito asesoría legal —dice Camila con la voz quebrada.
—Cami. ¿Dónde estás? —le pregunta él al notar lo mal que ella está.
Ella le dice que está en su casa, y él le pide que se quede ahí, ya que está cerca y que lo mejor es que hablen en persona.
—Está bien, pero por ahora no le digas a Leonel —le pide ella con preocupación.
—Tranquila. Ya estoy llegando —indica, y en menos de diez minutos está en la puerta del departamento.
Al ver a Camila, sabe que Lisandro ha sido responsable. Aun así, espera que ella le cuente.
—Quiero renunciar a mi trabajo y ya me enviaron estos documentos. Necesito que me digas si están bien —indica ella aún conmocionada.
—Yo me ocuparé de todo —le dice Ismael y trata de abrazarl