Las luces centellean, la gente grita, la pelea inicia luego de escuchar el gong y la adrenalina comienza a recorrer mi torrente sanguíneo.
—Papi te va a masacrar, Pantera —mi contrincante camina en círculos hacia mi y le sigo el juego con una sonrisa de media luna.
—Como digas —ironizo.
Cansado y harto de tener que pasar dos minutos más ahí, decido dar el primer paso y atacarlo con un directo que rápidamente esquiva a la vez que se protege con ambos brazos en alto el rostro. Intenta darme con un golpe cruzado parecido al golpe frontal que intenté darle, yendo de forma lateral a mi cabeza, y logro apartarme haciendo que solo sea un roce.
—¡Maldito! —brama la roca.
—¿Es todo? Imaginé que qu