"Buenos días, mi Lily." Dice Sean, sentado al borde de la cama mientras mira a Lily, que acaba de despertarse.
Lily no responde; prefiere levantarse de la cama y entrar al baño.
"¡Lily, qué descortés!", grita Sean, enfadado por la actitud de Lily, que lo ignora.
Sean, molesto, solo puede patear la puerta del baño. Más o menos diez minutos después, Lily sale del baño.
"Me duele el estómago, no te enfades." Dice Lily con calma.
"No hay romance, aunque ahora somos marido y mujer."
Lily mira a Sean y dice: "Siento que hay algo extraño en mí".
"¿Qué?", pregunta Sean brevemente.
"Dormir contigo toda la noche se siente normal, ¿será solo una sensación mía?"
Lily está desconcertada, pero no Sean, que no tiene intención de admitir que le gusta drogar a Lily y luego dormir con ella toda la noche.
"Solo una sensación tuya, porque te sientes cómoda durmiendo en mis brazos." Dice Sean.
Lily niega con la cabeza y luego se sienta cerca de la ventana.
"¿En qué más estás pensando?", regaña Sean.
"En