Capítulo 196. Un secuestro ejemplar
En cuanto Kendrick entró a la habitación, vio a Elizabeth hecha un ovillo en un sofá junto a la chimenea de la pequeña habitación, le daba la espalda y él paró de inmediato.
Por un efímero momento recordó como él mismo se dormía en ese sofá cuando su madre se quedaba hasta tarde cosiendo.
Sonrió con nostalgia, él a menudo se hacía el dormido para que su padre lo cargara hasta acostarlo en su cama.
Se acercó a Elizabeth y lucía dormida, pero él sabía que solo lo aparentaba.
—Ese sofá es demasiado incómodo para un adulto, puedes dormir en mi cama.
— ¿Y a ti te importa mucho mi comodidad? —Preguntó ella con ironía—. Eres un secuestrador ejemplar.
— ¿Acaso te he hecho daño? Las cosas no ocurrieron como las planeé.
—Yo no diría eso, lo pensaste muy bien, solo no quiere que Angelica se entere —Elizabeth se sentó y lo observó—. Kendrick, ¿cómo pretendes ser mi esposo sin que tu novia lo sepa?
Kendrick desvió la mirada.
—Se lo explicaré, pero después, cuando esté