Luego de un rato la masa estuvo en su punto y la rellene para después meter el pan en el horno.
— ¿Vamos a la piscina?— le pregunté a la chaparrita y ella asintió — iré a mi cuarto para ponerme un traje de baño.
Yo me fui al cuarto y de ahí saqué el traje de baño que tenía, necesitaba darle uso porque si no se terminaría por deteriorar. Tome una toalla y nos fuimos a la piscina, la chaparrita se quedó en la orilla pero yo entré a querer nadar.
— Quiero aprender a nadar — le dije — al menos se flotar.
— Es fácil nadar, solo mueve los brazos y las piernas en sincronía y ya verás cómo lo logras.
Intenté hacerlo y aunque progrese me rendí muy rápido, fui a la orilla y comencé a conversar con la chaparrita.
— ¿Quién será?
Habían tocado el timbre de la puerta por lo que salí de la piscina y me dirigí a la calle, me puse la toalla encima y abrí.
— ¿Qué haces aquí?
La sonrisa que llevaba se me borró cuando mire a Carlos en la puerta, la chaparrita salió detrás mío y quiso abrir.
— N