— Lo dudo mucho, retírese antes de que la saquemos a la fuerza — dijo el otro guardia.
Los guaruras me miraron de pies a cabeza, es cierto que no venía vestida como los demás clientes pero eso no les daba el derecho de tratarme así.
— Déjenme pasar antes de que me colme la poca paciencia que me queda.
Intenté abrirme paso pero ellos me tomaron cada uno de un brazo y me levantaron en el aire para sacarme de la boutique.
— ¡AIMEE!— grité mientras mis pies daban patadas en el aire.
Di un grito muy fuerte entonces mire que Aimee salió al escucharme, se sorprendió y comenzó a caminar a toda prisa en mi dirección.
— ¡¿Qué hacen?! ¡Suéltenla!
Ellos al ver a Aimee me soltaron y cuando ella pidió una explicación yo le conté con lujo de detalles lo que había pasado.
— Vamos a otro lado.
El que suponía que era el gerente salió al escuchar el escándalo y se sorprendió al oír a Aimee decir que nos fuéramos a otro lado.
— Señorita Aimee por favor no se marche, ¿Qué fue lo que sucedió?
Aimee le cont