—¡Nora! ¡¿Qué hiciste?! —dice Irene entre lamentos.
—Salvarlas… o eso espero —responde Nora retrocediendo y paseando la mirada en cada una de ellas.
—Volviste a hacerlo… —dice Irene viendo al hombre consumido por el fuego afuera de su cuarto.
—Lo hice por un bien mayor —añade Nora molesta. ¿Le costaba mucho a su madre agradecer y dejarla ir?
—Tu padre no estaría muy contento con esto. —Irene parece decepcionada y retrocede sorprendida cuando ve a Franco entrar a la habitación.
—Mamá… mi padre debe de estar revolcándose en su tumba desde que accedí casarme con un mafioso —añade Nora señalando con la mano a Franco—. No tiene sentido lamentarnos por eso. Hice lo que tenía que hacer para salvarlas. ¡De nada!
—Nora… —Irene le dedi