(POV: Harold)
Algunas verdades no son gritadas.
Se arrastran.
Y te muerden en el momento exacto en que empiezas a creer que el fuego está bajo control.
Estuve revisando los archivos de la misión en Askeia. No los reportes oficiales. Esos son para la galería.
Sino los internos. Los que no aparecen en los canales regulares, pero que dejan rastros para quien sepa dónde buscar.
Y yo sé.
En una carpeta sin firmar, oculta bajo el nombre de "Análisis Geológico — Valle 04", encontré una serie de escaneos que no tenían nada de geológicos.
Fragmentos óseos de proporciones antinaturales.
Estructura no humana.
Edad estimada: miles de años.
Rastros de Orvium: activos.
Energía principal: luz de impacto ígnea.
Coincidencia con Ignis Lux: 87.5%.
El hueso que encontramos no era solo un fósil.
Era un mensaje.
Una reliquia.
Un fragmento de un guardián antiguo que, según lo poco que se podía rescatar de las notas originales, protegía la región mucho antes de la fundación de Valtherium. Un dragón.
No una