(POV: Ishtar)
El tercer día amaneció con el cielo partido en nubes pesadas. Gris sobre gris. Como si el mundo mismo supiera que algo se avecinaba.
Caminamos en silencio. Cansados. Heridos. Cubiertos de tierra, sudor y frustración.
Pero vivos.
Seguimos el trayecto del mapa hasta que los árboles se abrieron y lo vimos: el punto de extracción. Un pequeño claro con una torre de vigilancia oxidada y un módulo de comunicación semienterrado en vegetación. Antenas rotas. Cajas de suministros esparcidas. Silencio... roto por voces. Muchas voces.
Ya había gente allí.
Docenas de reclutas. Algunos sentados, otros curando heridas, unos revisando mapas o ayudando a compañeros. Varios instructores aún no llegaban, pero los más fuertes y organizados mantenían la moral estable. Vi rostros conocidos. Y muchos más que no volverían a estarlo si todo seguía como hasta ahora.
Harold alzó la vista y se unió a uno de los círculos de estrategia, donde varios líderes improvisados compartían información. Adriia