La casa era preciosa.
Grande y con ventanales para poder observar el precioso paisaje nevado del exterior. Tenía una mezcla de estilos y acabados de ornamentos occidentales, que le daba un toque rústico y moderno a la vez.
Cuando Carter y Madison llegaron, Chris y Amelia los estaban esperando en la puerta para recibirlos. Ya estaban allí los padres de Madison y de Amelia, y puesto que los padres de Carter venían con ellos, ya no faltaba nadie.
Andrew y Keyla no habían ido aquella vez porque ese año les tocaba pasar las Navidades con los padres de ella. El año pasado las pasaron aquí e incluso William y Markus, los padres de Keyla, vinieron con ellos.
Patrick e Isabel, también invitados (por motivos obvios), llegarían el 25 de diciembre, es decir, la mañana siguiente.
Karen, amablemente, les enseñó sus habitaciones y después les dejó a cargo a su esposo y a su hijo que le enseñaran la casa a Madison (Carter había ido allí más veces de pequeño). ¡Era enorme! Había habitaciones por doq