Capítulo 5: Obedéceme Humana

Al llegar a su casa Teresa se miraba furiosa, ya que no podía permitirse perder ese compromiso.

Ella era la tercera hija de la familia Hamilton, es decir, no era nadie porque era mujer y la menor de la casa, por lo cual no tenía derecho a nada y apenas recibía algo de cariño de su familia porque toda la atención estaba centrada en sus hermanos. Pero eso habia cambiado cuando anuncio su compromiso y ya era alguien porque todos le prestaban atención a ella y no deseaba perder esa felicidad.

Al ir a su habitación rebusco en sus cajones para encontrar ese artículo, cuando lo encontró sonrió feliz al ver que aún tenía algo de líquido: era un frasco de feromonas, el cual usaría para buscar seducir a Marcelo y de esta forma lograr hacer que cambie de opinión sobre romper el compromiso ya que aún tenía una oportunidad porque no habían anunciado de forma formal su rompimiento.

Con ese plan en mente se fue rumbo al apartamento de él ya que habia escuchado que recién habían metido a una nueva criada, lo que significaba que habia alguien en la casa que pudiera dejarla pasar.

Ignorando lo que estaba por ocurrir, Emma estaba almorzando tranquilamente en la mesa a la vez que estaba leyendo el libro de recetas mientras empezaba a copiar esas recetas en su propia libreta anotando algunos cambios que sentían podían mejorar ese platillo.

- Bueno creo que no puedo culpar a Marcelo de odiar las verduras, aquí solo te las hacen fritas o hervidas sin condimentos, wacala… así a nadie se le antoja – opino ella haciendo una mueca ya que llevaba como 10 recetas leídas y en ninguna les ponían sazón a las comidas – cierto, me dijo cena como ayer – hablo pensativa – ah espera, creo que leí una que me gustaría cambiar y es ideal para la cena.

Tras encontrar la receta correcta, termino de comer y coloco algo de música para sentirse acompañada en su limpieza, ya que esa tarde se dedicaría a la jardinería ya que vio que tenía espacio para plantar algunas flores e igual encontró bolsas con semillas en la bodega.

- Jo… te has salvado por este día porque falta algo de abono – indico Emma mirando al árbol que habia en el lugar - bueno creo que iré al super y de paso, surto las cosas que faltan en la despensa para así mañana dedicarme al jardín.

Con ese plan en mente, ella hizo una lista rápida y una vez que todo estaba en orden tomo algunas bolsas de tela y un carrito rumbo al supermercado, ignorando que en esos momentos una loba albina llegaba al complejo de departamentos.

Emma se tomó su tiempo en el super y de ahí busco regresar a casa donde se dio el lujo de comprarse unos panes rellenos de carne para su cena e igual aprovecho el carrito para comprar unos sacos de tierra y abono para las plantas.

- Bien conseguí todo y aproveche que habia oferta de espinaca y mañana puedo hacer de comer filete de carne enrollado y relleno con salsa de espinacas – menciono feliz de ver las hermosas hojas que consiguió, al llegar al departamento se extrañó al ver a una loba estar golpeando y tocando de forma insistente el timbre del pent-house.

- ¡Ash… maldición ABRE HUMANO ESTUPIDO! – gritaba furiosa sin dejar de golpear la puerta.

Emma noto que uno de los vecinos parecía salir a ver qué ocurría al mismo tiempo que estaba hablando por teléfono, lo que significaba que estaba reportando lo ocurrido.

Al ver eso ella hizo una mueca y busco acercarse para hablar con esa loba y pedirle que se detuviera.

Ignorando el drama que estaba por ocurrir, la familia Lennox estaba disfrutando de un delicioso postre en una charla agradable o eso era hasta que se tocó un tema delicado.

- Entonces hijo ¿cuánto tendremos a Teresa como invitada en la comida? – pregunto Alice.

- Nunca madre.

- Marcelo… - indico la mayor frunciendo un poco el ceño.

- Amor, nuestro hijo me pidió que desistiéramos ese compromiso y que confiáramos en él para escoger esposa – le informo su esposo.

- ¿En serio? – pregunto asombrada.

- Bueno yo le pedí un tiempo a padre con respecto a ese tema e igual creo que lo más lógico es que yo sea quien escoja a mi futura esposa.

- Supongo que podríamos confiar en ti – menciono Alice haciendo una ligera mueca respecto a ese tema y antes que pudiera opinar o decir algo noto que uno de sus sirvientes parecía nerviosos y ansioso de hablarle - ¿qué pasa? sabes que no me gustan las interrupciones mientras están mis hijos de visita – hablo frunciendo el ceño.

- Perdóneme mi señora, pero es que desde hace rato están buscando al joven Marcelo – indico apenado el humano.

- ¿A mi hijo? ¿y quien lo busca o para qué? – pregunto Liam arqueando la ceja.

- Le está llamando el encargado del complejo de departamento donde vive el joven maestro – menciono un poco preocupado - parece que alguien está armando escandalo afuera del departamento y está tratando de derribar la puerta.

- Samantha ¿no dijiste que elegiste con más cuidado a la nueva sirvienta? – interrogo molesta Alice.

- ¿Otra sirvienta con problemas maritales? – pregunto molesto y aburrido Liam.

- No señor, es una loba quien está armando el escándalo.

- ¿Eh? – dijeron todos confundidos.

- Tomare la llamada – dijo Marcelo colocándose de pie - ¿qué ocurre?

- Señor Lennox disculpe la interrupción, pero nos están reportando muchos vecinos y sirvientes que en la puerta de su casa alguien está armando escándalo, gritando y golpeando con fuerza la puerta.

- Pues manda a alguien para que controle la situacion.

- Es que esa persona dice ser su prometida y nadie se atreve a ir en contra de alguien de la familia Hamilton.

- Cobarde – murmuro Marcelo molesto y en eso recordó algo - oye ¿y la humana que cuida mi departamento?

- Ella salió de compras unos 10 minutos antes que esa loba llegara.

- Entiendo, ya voy para hacer su trabajo - dijo furioso terminando la llamada – gracias – dijo mirando que el sirviente hacia una ligera reverencia y se retiraba del lugar.

- ¿Que paso hijo? – pregunto Liam.

- Teresa no se tomó muy bien la cancelación del compromiso – indico aburrido.

- ¿Es ella quien está haciendo ese escandalo? – pregunto asombrada Alice.

- A mí eso no me sorprende – opino Samantha.

- Waa… yo pensé que ella era diferente – menciono Erik.

- Se ve que escondía algo raro con su personalidad risueña – dijo Samantha.

- Perdón por no acabar el postre, pero debo retirarme o capaz que derriba mi puerta – indico Marcelo acercándose a su madre para darle un beso en la mejilla.

- Si hijo, ve con cuidado – le dijeron sus padres despidiéndose de él.

Marcelo ahora si estaba furioso por ese berrinche por lo que subió a su automóvil y piso el acelerador para llegar a su departamento lo más rápido posible.

Mientras tanto Emma se habia acercado a esa loba, ya que de seguir así en verdad rompería la puerta del departamento.

- Am… disculpa ¿qué se te ofrece?

- ¿Que…? – en eso Teresa se giró a ver quién le habia hablado, notando que era una m*****a humana quien le llamo y le estaba hablando con tanta confianza y sin emplear algún honorifico – ¿qué dijiste humana? – pregunto molesta.

- Te estoy preguntando ¿qué quieres? – repitió Emma molesta frunciendo el ceño.

- ¡COMO TE ATREVES A HABLARME ASI! ¿QUE NO SABES QUIEN SOY?

- Eres la loca que esta por romper la puerta del departamento de mi jefe – contesto la castaña usando un tono monótono en su voz.

- ¡YO SOY LA PROMETIDA DE TU JEFE, ASI QUE HABLAME CON RESPETO!

- Yo solo debo hablarle con respeto a mi jefe, su hermana y tal vez sus padres si es que vienen de visita al departamento, a nadie más.

- ¡TU! – ante los gritos y quejas los lobos de departamentos cercanos, así como algunos sirvientes o trabajadores del complejo ahora miraban la discusión de ambas.

- Ahora… ¿qué tal si se calma? y regresa cuando mi jefe este en casa o puede ir a buscarlo a su trabajo.

- AHORA MISMO PEDIRE QUE TE CORRAN M*****A – indico furiosa – nadie me habla de esa forma, le pediré a mi padre que te vendan como prostituta para que aprendas modales.

- Si sabe que la venta de humanos o lobos es ilegal y que este afirmando esto la puede meter en problemas con la justicia – comento la castaña arqueando la ceja.

Teresa estaba furiosa donde busco golpear a la castaña, pero ella esquivo fácil el golpe provocando que la loba se enojara más y ahora enseñara sus colmillos buscando intimidarla a la vez que dejaba a la vista sus uñas afiladas y así lanzarse nuevamente a golpear a la castaña.

Emma busco esquivar esos ataques sin contestarle, pero era difícil retener el impulso de dar un golpe contundente para noquearla ya que sabia del castigo que recibían los humanos si golpeaban a un lobo, aunque en este caso fuera por defensa propia.

- ¡QUEDATE QUIETA! – indico molesta Teresa y en eso noto que otros de los residentes las estaban grabando y señalándolas entre risas.

Eso no le gusto a la albina por lo que busco usar sus garras para atacar a Emma, quien al ver eso trato de esquivar ese nuevo ataque, pero en eso sintió como la loba se habia movido más rápido y le jalo su cabello para buscar someterla tirándola al suelo.

- ¡Ah…! - se quejó la castaña a recibir ese fuerte golpe en su espalda al ser arrojada al piso.

- Je…ahora si aprenderás m*****a – declaro Teresa buscando dejar a la vista sus fuertes garras con la idea de sujetar con fuerza el cuello de la castaña y tal vez matarla para que todos los humanos que estaban mirando lo tomaran como ejemplo de lo que pasaba si no la respetaban – espero que en tu próxima vida aprendas a hablar con propiedad ¡adio…! – empezo a gritar lista para clavarle sus garras a la humana, pero su mano fue detenida de golpe

- ¿Qué crees que haces? – le pregunto furioso Marcelo buscando alejarla de la humana.

- … - Emma reconoció esa voz, era su jefe y al alzar la vista lo vio por primera vez en persona.

- Humana – le llamo Marcelo.

- ¿Sí?

- ¿Estas bien?

- Si jefe.

- Marcelo como puedes defender a esa cosa, me ofendió y me hablo de tu – se quejó Teresa.

- ¿Y cómo querías que te hable?

- Me debe respeto porque tú y yo…

- Que no lo entendiste – le interrumpió Marcelo - nuestro compromiso está roto, ya que no me interesas de esa forma y no quiero ser infeliz a tu lado porque NO te amo NI me gustas.

- …

- ¿Qué pasa aquí? – justo en eso llegaron unos oficiales de policía – señor Lennox ¿qué ocurre?

- ¡Arresten a esa humana! porque me falto al respeto – grito Teresa aprovechando la confusión.

- ¿Qué? yo no hice nada – se quejó Emma quien buscaba colocarse de pie.

- Tenemos varios reportes de disturbios en este lugar y todo indica que fue una humana – decía uno de los oficiales por su radio.

- Eso es mentira, yo no fui – dijo Emma al ver que el segundo policía buscaba sujetarla para arrestarla.

- Y yo estoy pintado ¿o qué? – pregunto Marcelo furioso, donde los policías se asustaron y miraron que el lobo estaba parado a un lado de ellos.

- Señor… - dijo uno empezando a temblar.

- Señor nada, ustedes no tocan a la humana porque es inocente.

- ¿Que…? pero los reportes decían…

- Yo hice esos reportes – en eso un lobo anciano se acercó a los oficiales – esta niña humana no hizo nada, de hecho, si observan bien ella venia con algunas compras y están tiradas en el suelo.

- … - ambos oficiales miraron a ver a su alrededor y notaron que era verdad, todo indicaba que la humana fue atacada.

- Eso es verdad, el único crimen que cometió la humana fue hablarle de tú a esa loca – dio otra loba – pero con la forma en como estaba actuando, cualquiera olvidaría que es una loba porque estaba haciendo un gran drama y ya estaba por romper la puerta.

- ¡Cállense! todos ustedes son unos chismosos – se quejó Teresa, buscando intimidarlos al enseñarles sus colmillos.

- Señora – le llamo uno de los oficiales que se acercaba a ella.

- ¿Señora? – repitió molesta la albina.

- Por favor retírese o ahora mismo la arrestaremos.

- Marcelo ¿no vas a decir nada?

El lobo se habia girado para ignorarla y se acero a su humana trabajadora para ayudarle a recoger la compra que habia acabado en el suelo con ese gran drama.

- Llévensela de aquí y tú no vuelvas a buscarme – indico molesto donde los oficiales se llevaron a la loba albina.

- Gracias jefe – dijo Emma sonriendo y agradecida de que la defendió y protegió de esa loca mujer, mientras terminaba de recoger las compras.

- No me gustan las injusticias ni los abusos de poder – hablo ayudando a que ella entrara a la casa – ya vengo iré a hablar con el de mantenimiento y seguridad para que no la vuelvan a dejar pasar y arreglen la puerta, tú ve a curarte – le dijo girándose para salir.

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