Capítulo 6: Mi Luna

Emma dejo escapar un suspiro ya que por un momento se sintió algo abrumada, no pensó que las cosas terminaran de esa forma.

Con cuidado dejo las compras cerca de la entrada de la cocina y fue a su habitación para revisar su cuerpo ya que sentía un poco de dolor en su espalda en esos momentos.

- ¡Ah! ¡maldita! ¡pero juro que me vengare! – gritó furiosa al verse en el espejo – buaa… me dejo un gran moretón y de seguro mañana me dolerá mucho snif… - se quejó mientras tomaba el tubo con crema para golpes y empezaba a aplicárselo en la zona afectada – tch… pero ¿qué le pasa? solo habia visto que los lobos actuaban así cuando se embriagaban - comento dejando escapar un suspiro – joo… además se arruino mi plan para hoy y… ¡ah! es verdad el señor Marcelo me salvo… ¡nooo! Samantha me regañara si se entera porque se supone no debía verme – se lamentó y en eso recordó algo importante – ¡LA CENA! – dijo preocupada, donde se acomodó nuevamente su ropa y salió de su habitación para empezar con los preparativos y poner a mano la bolsa de su propia cena.

Justo cuando estaba picando algunas verduras, escucho como la puerta principal se abría dando paso al lobo, quien la vio cocinando.

- Ya di la orden para que jamás la vuelvan a dejar entrar e igual algunos vecinos hicieron esa petición, así que es seguro que ella ya no volverá por aquí a molestar – informo Marcelo dejando escapar un suspiro y buscar masajear sus hombros, en eso noto que la chica estaba obedeciendo las normas que Samantha le dijo de no molestarlo de forma innecesaria y eso le agrada.

- Ya… ya veo muchas gracias jefe – menciono Emma controlando su impulso de girarse y verlo, ya que debía seguir las normas, aunque le parecía molesto hablarle a la pared que tenía enfrente de ella – cierto, perdón por eso jefe – indico ella haciendo una mueca – perdón por tener esa lamentable primera impresión con usted.

- Bueno no diría lamentable – opino divertido - no muchas humanas tratan de controlar a una loba histérica y viven para contarlo.

- … - Emma se sonrojo un poco por ese cumplido – jeje bueno aun así creo que fui muy impulsiva ya que no imagine que ella podría actuar de esa forma y dejara salir todo su poder en un lugar público y solo para atacar a un humano.

- Creo que nadie se lo espero.

- Yo pensé que ese descontrol solo les pasaba cuando se embriagaban.

- Cada quien es diferente, aunque es lamentable que un humano conozca esa forma tan penosa de nosotros – menciono Marcelo - ¿cómo sabes de la debilidad con la bebida?

-  Eso es porque para sobrevivir en este mundo, uno acepta cualquier trabajo con tal de ganar algo de dinero para obtener algo de comida – explico ella – y mi anterior trabajo era en un bar de baja categoría.

- Hm… ya veo – indico un poco aburrido, ya que realmente no era de su interés la vida de su sirvienta – iré a descansar, avísame en que este la cena y… - en eso su olfato capto un curioso aroma y al buscar el origen vio que era una bolsa de papel que estaba en la mesa – oye… ¿qué es eso?

- ¿Eh? am… son algunas verduras que estoy preparando para su cena jeje su hermana me dijo…

- No preguntaba por eso – dijo molesto – ¿qué es eso que trajiste de la calle? – pregunto, ya que el aroma sentía que lo habia sentido antes.

- ¿Qué…? – en eso Emma se giró para ver lo que señalaba su jefe - ¡ah eso! – dijo sonriendo mientras secaba sus manos en el mandil que tenía y se acercaba al lobo para mostrarle el contenido de la bolsa – son unos panes rellenos de carne que compre para mi – hablo sacándolos y colocándolos en un plato – ¿gusta uno? te recomiendo que lo comas con salsa y… - en eso se dio cuenta de su error ya que le hablo de forma casual – diga am… yo perdón señor…

- Descuida no es necesario que seas tan respetuosa si estamos solos, además pareces de mí misma edad – indico el lobo tratando de animar a la chica.

- Su… supongo – dijo apenada preparándole un pan con la salsa – bueno aquí tiene uno para que pruebe – dijo alzando la mirada y ofreciéndole el plato.

- Graci… - empezo a decir Marcelo ya que ahora recordaba porque era familiar el aroma, pero eso quedo en segundo plano cuando la mirada de ambos se conectó.

Al verla noto que los ojos de ella se volvieron color plata y sintió como su cuerpo recibía una ligera descarga que lo dejo aturdido.

Era verdad que habia bromeado con Erik de casarse enseguida con la humana que fuera su luna, pero jamás pensó que eso podría pasarle, es decir, era un mito y no habia pasado eso desde hacía mucho, pero justo ahora… a él, el gran heredero de los Lennox el destino le estaba indicando que estaría unido el resto de su vida a una humana… eso debía ser una broma ¿verdad?

Mientras su mente era un caos se dejó caer de rodillas al suelo asustando a Emma, quien solo vio como el lobo se quedó en shock por unos instantes antes de arrodillarse mirando a la nada.

- Jefe… - le llamo ella preocupado dejando el plato en la mesa y acercándose rápidamente hasta él - ¿está bien?  ¿le duele algo? ¿llamo a un médico? – empezo a preguntar angustiada.

- ¿Por qué? – susurro confundido.

- Jefe Lennox me está asustando ¿qué tiene?

- ¿Porque tú? – dijo mirándola a los ojos.

- ¿Yo?

- Eres mi luna – dijo acariciando con delicadeza el rostro de ella.

- ¿Soy que…? – pregunto confundida, ya que no entendía que estaba pasando o lo que estaba balbuceando el lobo.

- Mi hermosa luna – dijo acariciando los labios de ella con la punta de sus dedos.

- Am… jefe ¿está bien? – pregunto un poco asustada e incómoda por la forma en como estaba actuando.

- … - Marcelo desvió la mirada ya que estaba buscando no llevarse por sus instintos, tratando de calmarse y buscar controlarse para poder pensar con claridad.

- Venga, le ayudo a colocarse de pie - menciono ella tomándolo de las manos para ayudarlo a colocarse de pie, pero el lobo aprovecho eso para jalarla hacia él, haciendo que ella soltara un grito.

- … - Marcelo acabo sentado en el suelo y con ella sobre su regazo admirando el gran sonrojo en las mejillas de ella.

- Am jefe… - ahora Emma estaba nerviosa por eso sin saber que estaba pasando o como habia acabado en esa situacion.

- … - Marcelo permaneció en silencio solo admirando el rostro de ella, mientras en su mente las preguntas seguían surgiendo de forma apresurada - ¿en verdad el destino deseaba unirlo con un ser tan débil? ¿su vida era estar atado a una humana? ¿qué seria ahora de su estatus y poder? ¿la sociedad la aceptaría? ¿él en verdad seria feliz como decían las leyendas? ¿debía aceptarlo así de fácil? – justo en eso la observo y con su mano acaricio el rostro y cabello de ella, quien seguía confundida observándolo - es verdad, ella en estos momentos era una presa fácil y solo debía matarla y todo se acabaría ¿verdad? – pensó – sí, eso sería lo mejor porque alguien tan débil como esposa no podría controlarlo y… ¿controlarlo? – en eso regreso a su mente la conversación de su padre y ahora que lo pensaba era una gran oportunidad.

En eso sus pensamientos fueron interrumpidos al ver una mano moverse frente a su rostro de un lado a otro, provocando que frunciera el ceño.

- ¡Hoooola tierra llamando a mi jefe! – dijo a modo de juego Emma, para ver si así reaccionaba el lobo.

- ¿Que? – pregunto molesto.

- Vaya reaccionaste, llevo rato hablándote.

- Bueno que quieres.

- Pues si te fijas me dejaste sentada sobre tu regazo.

- ¿Y? ¿qué tiene de malo? ¿te molesta?

- Am… bueno se supone que es mi jefe y no creo que “esto” sea correcto – hablo Emma haciendo una mueca.

- Je… así que eres alguien recta – se burló el lobo mirando que sus palabras la enojaban.

- Sabes… tal vez esta forma rara de seducción funcione con otras, pero no conmigo jefe.

- Marcelo.

- ¿Eh?

- Llámame por mi nombre, eres mi luna así que sería raro que me digas señor o jefe.

- ¿Qué es eso de su luna?

- Significa que naciste para ser mi pareja.

- Eso suena algo loco y es una pésima forma de ligar.

- No estoy tratando de seducirte, no me gustan las humanas.

- ¿Entonces que está haciendo?

- Ya te dije eres mi luna.

- Y yo ya le pregunté ¿qué es eso?

- Luna significa que eres mi pareja destinada.

- ¿Eso existe?

- Es algo que se dice entre nosotros, aunque llego a ser un mito poque no se ha escuchado de muchos que hayan encontrado a su luna – indico el lobo dejando escapar un suspiro – es algo extraordinariamente raro que ocurra.

- Me sigue pareciendo una forma loca tuya para tratar de seducirme, así que suéltame antes de que olvide que necesito este trabajo y te golpee donde más te duela – le amenazo buscando forcejear un poco con él.

- Jajaja que graciosa eres – se burló Mateo, admirando que ella tenía sentido del humor.

- … - ahora si Emma estaba molesta y busco moverse, pero sus movimientos fueron detenidos rápidamente.

- A ver tranquila te explico, es una historia que existe para nosotros de que cuando un lobo y un humano conecten sus miradas, el lobo recibirá como una pequeña descarga eléctrica y el o la humana presentaran un cambio temporal en el color de sus ojos y se volverán de color plata.

- ¿Ah mis ojos no…? – empezo a decir ella, pero Marcelo la hizo ver su reflejo en el espejo de cuerpo completo que habia en la sala – ¡que!

- E igual debe aparecer una marca en nuestras muñecas para que todo el mundo sepa que somos destinados - indico tomando la muñeca de ella y mostrándole que les habia aparecido una marca en forma de luna creciente.

- ¿Esto pasa de forma habitual entre ustedes?

- No, es algo raro – dijo de forma seria - ya que según el registro histórico la última vez que un lobo encontró su luna fue el tatarabuelo de nuestro actual rey – explico – de ahí no se habia escuchado de esta unión, hasta ahora.

- ¿Y no es un problema unirse con un humano?

- No exactamente según la leyenda cuando un lobo se une con su luna, ellos tendrán una descendencia muy fuerte.

- Mas bien híbridos fuertes.

- No – declaro acariciando la mano de ella - la luna tiene la característica especial de engendrar puros.

- Hm… ¿y ahora?

- ¿Ahora qué?

- Que esperas que haga al escuchar y ver esto – dijo señalando su marca - ¿ahora caeré rendida a tus pies?

- Sabes es gracioso que lo preguntes así, porque la humana que trabajo antes que tú se moría porque yo la poseyera o tuviéramos algún tipo de relación.

- Pues era una urgida y siento que me estas ofendiendo.

- Descuida es una broma de mi parte, pero estaba pensando en matarte porque no quiero estar unido a una humana.

 - … - Emma se asustó un poco ante esa declaración.

- Tranquila, no lo hare – indico Marcelo acariciando los cabellos de ella – ya que recordé cierto problema y con tu aparición me has dado la solución milagrosa que deseaba.

- ¿Cuál solución?

- Cásate conmigo – declaro sujetando la mano de ella y mirándola a los ojos.

- … - Emma le miro a ver sorprendida sonrojándose por esa repentina declaración - wow… espera, creo que escuche mal – menciono nerviosa – creo que en verdad ese golpe me afecto – dijo tocando su frente.

- ¿Golpe? ¿qué golpe? - pregunto Marcelo frunciendo el ceño.

- La loca de hace rato me aventó al suelo y si me golpe duro la espalda.

- A ver – dijo molestó giradora y usando sus garras para romper su blusa.

- ¡Waaa! ¡oye! - se quejó al notar eso, pero noto que el solo la observo y tras eso se colocó de pie cargándola a ella - ¡espera… oye esto es acoso! – grito ella al notar como subían rápidamente las escaleras.

- ¿Te pusiste algo para ese golpe?

- ¿Eh?

- Responde – indico frunciendo el ceño.

- Me puse una pomada contra los golpes – contestó confundida.

- Eso no te ayudará y al rato te dolerá – dijo recostándola boca abajo en su cama – quieta y no te muevas.

- Pe… - ella estaba por quejarse, pero vio que él estaba serio por lo que le obedeció y noto que el regreso con un frasco blanco - sentirás algo de frio, pero este bálsamo es el mejor para los golpes que esa pomada de farmacia.

Emma asintió y en eso se sonrojo un poco al sentir las manos del lobo tocar su espalda y proporcionarle un masaje algo fuerte pero gentil.

- Listo por ahora deja que pase unos minutos sin moverte para que tu cuerpo absorba bien la medicina.

- Gra… gracias – indico apenada sintiendo como él se sentaba a su lado en la cama.

Ella ahora se sentía un poco confundida por un momento pensó ser comida de lobos, pero realmente él solo la curo, por un rato ambos estuvieron en silencio ya que ella estaba procesando todo lo que le estaba pasando en esos momentos.

- Entonces… - empezo a decir ella rompiendo el silencio - retomando lo anterior…

- Voy en serio con la proposición, porque así puedo obtener lo que deseo.

- ¿Eh?

- Digamos que te usare mi linda luna.

- Emma.

- …

- Mi nombre es Emma Douglas, no luna.

- Esta bien te diré Emma, pero tú me llamaras Marcelo.

- ¿A solas?

- Me llamaras por mi nombre aun en público, pero solo tú y mi familia me podrán llamar por mi nombre.

- Entonces… Marcelo me puedes explicar tu repentina proposición.

- Al casarnos, me ayudaras a que yo herede el poder que siempre he deseado tener.

- Entonces me usaras como mera herramienta – dijo ella haciendo una mueca.

- No es el trato normal que tiene los humanos – se burló Marcelo mirándola a los ojos.

- Eso es ofensivo y cruel – se quejó ella.

- Si quieres pon tus condiciones – opino el – pero unas realistas.

- Antes de eso ¿porque matrimonio?

- Porque si me voy a casar prefiero que yo sea quien ordene y no al revés – declaro seguro y al ver que la chica arqueaba la ceja, él solo rodo los ojos – ¿quieres que te explique?

- Obviamente quiero una explicación porque no soy una estúpida, además me estás diciendo matrimonio no noviazgo ¡estúpido!

- … - Marcelo sonrió divertido al ver esa actitud agresiva en ella - mi padre deseaba que me casara con la loba que te golpeo.

- ¿La loca?

- Ella es una Hamilton.

- … - ahora la castaña estaba preocupada porque ese apellido pertenecía a la tercera familia más poderosa - am yo…

- Tranquila, no te pasara nada cuando estes conmigo.

- Me siento estafada.

- Regresando a la conversación, mi padre me quiere casado para que pueda heredar el poder militar de la familia.

- Y no te lo quiere dar… ¿por qué?

- Dice que soy algo impulsivo – menciono molesto Marcelo al recordar las palabras de su padre.

- Pues yo no veo que se equivoque – se burló Emma.

- Estas tentando tu suerte, humana – indico molesto el lobo.

- ¿En serio? ¿lastimarías a tu luna? – dijo ella haciendo un puchero – la luna que te puede salvar de acabar atado a una loca.

- Tch…

- Ok, supongamos que me embarco en esta locura impulsiva – indico Emma dejando escapar un suspiro - ¿que gano a cambio?

Marcelo arqueo la ceja ante eso mirando que ella lo veía a los ojos fijamente, demostrando determinación en su mirada.

- Bien dime tus condiciones… - dijo el frunciendo el ceño.

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