- Meg, quiero hablar contigo, ¿me acompañas a la cocina?
A la chica le sorprendió la voz suave y pausada de su marido, que en las últimas semanas se había comportado como un energúmeno y habia asustado incluso al pequeño Ben, con el que siempre solía ser tan cariñoso.
- Claro.
Dijo ella, levantándose y dejando solo al niño, que estaba completamente abstraído viendo su programa preferido de dibujos animados. Siguió al enigmático Levy hasta la cocina, y una vez allí,le sorprendió ver que levy había preparado té, y le tendía una humeante y perfumada taza.
- Quería hablar contigo, Meg, y sobre todo, disculparme por todo lo que ha sucedido en las últimas semanas.
Meg lo miró desconcertada, sin saber muy bien el motivo por el que se disculpaba y si aquello iniciaría una nueva ruta en su matrimoni