—He estado resolviendo algunos asuntos para poder cumplir, aunque se me han ocurrido algunas ideas. —Continúo la conversación.
—Perfecto, discutámoslo en mi oficina.
Lleva su mano a mi espalda y con un ligero empujón, pero largo, me adentra a su oficina. Cierra la puerta detrás de él y caminamos hasta en el escritorio, él se sienta detrás de este y yo en frente.
—Bien, ¿Cuáles son esas ideas? —indaga Samuel.
—¿Cuánto anhelas volver a estar en la empresa?
—Mucho, ¿por qué? —ladea su rostro, confundido.
—Pues porqué ambos sabemos que no va a durar, con lo que sabemos, tarde o temprano la policía lo va a saber, así tengo dos propuestas, las cuales cumpliré por el simple hecho de estar tranquilo. La primera es que nos olvidemos de la empresa que fundaron nuestros abuelos y creemos una nueva, ya que esta está manchada y no pienso ir a prisión por algo que no hice, y la segunda es que te dé la parte mía, la que te compré y la de mi hermano Douglas. —le planteo.
Samuel hace un gesto pensativ