No es ninguna broma

No sabía a dónde íbamos, pero no me importó. Después de que pudiera hablar con ella, no importaba el lugar.

La observo de reojo y veo como ella murmura algo intangible, pero no digo nada. Así nos quedamos durante varios minutos, luego llegamos a una villa muy lejos de la ciudad, al analizar la zona la reconozco de inmediato.

—No sabía que vivía por aquí, señorita O'Connor.

—¿Algún problema con eso?

No me deja responderle y se baja del auto tan rápido como puede. Por un momento me hizo sentir que estaba escapando de mí como si fuera una plaga. Eso me molesta, pero no digo nada y me bajo del auto para seguirla. Sin embargo, antes de cerrar la puerta del auto, me agacho y aclaro mi voz para que su asistente me dirigiera una mirada.

—Discúlpeme, bella dama. ¿Podría decirme su nombre?

Ella se ruboriza por haberla llamado bella dama, pero se recompone rápidamente para responderme.

—Me llamo Talía, señor...

—Hermoso nombre. Perdón por no haberme presentado antes, fue grosero de mi parte. Yo
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