39. Evidencias
Gabriela y Luis se vieron a los ojos con la poca iluminación que provenía de una lámpara de emergencia que parecía estar funcionando mal, tenían la llave y podían escapar, solo tenían una pregunta, ¿Que les estaría esperando afuera?
— Debemos intentar escapar.
— ¿Quién crees que nos haya atrapado?
— Pudo ser cualquiera, quizá no saben quiénes están adentro, debemos correr al carro con las cajas y guardarlas en la maleta de la camioneta, no podemos dejarlo aquí.
— Vale entonces no esperemos — mucho más pues pueden llamar a otros.
— Así es.
Luis fue hasta la entrada y muy despacio para no hacer ruido introdujo la llave en la cerradura y la giro, al abrir un poco la — puerta se dio cuenta que no había nadie vigilando al menos desde ese lugar.
— Creo que tenemos una oportunidad, vamos.
Caminaron con rapidez colocaron las cajas en la maleta de Luis y sobre ellas una manta, juguetes de la niña y todo lo que pudiera ayudar a disimular, — Ahora amor, ve tu primero a tu oficina luego.
—