Una 4x4 oscura estacionó frente a mí y bajó la ventanilla de la parte del conductor. El auto era tan negro y alto que me sorprendió por su monstruosidad. Tan reluciente e impecable...
—¿Subes o te vas a quedar mirando el coche? —se burló Max, mostrándome su encantadora sonrisa.
—Es extraño no verte con chofer —le dije.
—Quiero ser digno de llevarte yo esta vez—coqueteó, tras darme un guiño de ojo