"Rae... ¿qué pasó?", preguntó.
Abrí la boca para responder, pero las palabras no salían. Mi cuerpo funcionaba ahora a base de pura adrenalina para sobrevivir y estaba haciendo todo lo posible para superar el abrumador impulso de ceder a mis emociones.
"Yo... estoy...", balbuceé.
Mis ojos querían