"¡KIERAN!", grité, abriendo de golpe la puerta del coche.
Tras la conmoción inicial de ver cómo se desarrollaba la escena, mis sentidos volvieron a funcionar y me puse en acción. Ya no había ninguna duda dentro de mí y corrí inmediatamente hacia él.
Moviéndome tan rápido como pude, ya estaba cogie