Me bajé del coche, aunque todavía un poco aletargada, y me estiré mientras soltaba un amplio bostezo.
“¿Has dormido bien?”, preguntó él en lo que se dirigía al maletero del coche.
“Mmjmm”.
Ese lugar se sentía tan tranquilo. Tan silencioso. El retiro perfecto.
Pero era algo más que eso, ya que al