Cuando las risas se apagaron un poco, se sentó, con su cara a escasos centímetros de la mía, y me miró con mucha seriedad. "Entonces supongo que sería muy inapropiado si quisiera besarte".
Sus ojos se clavaron en mí y sentí que mis mejillas se enrojecían. Todo lo que me rodeaba parecía irreal mient