DOS SEMANAS DESPUÉS
El punto de vista de Gabriela
Verlo en esta situación me parte el corazón. Me hace sentir responsable de lo que le ha pasado, sobre todo porque le rompí el corazón y pensé que todo iría bien entre nosotros. Si hubiera sabido que esto iba a pasar, no debería haberme rendido y haber seguido queriéndolo incondicionalmente.
Le cogí la mano, la apoyé en mi mejilla y contuve las lágrimas porque no quería que nadie viera lo sensible que soy, ni siquiera mi madre. Hablando de mi madre, ahora mismo está en su habitación descansando y no puedo hablar con ella porque no sé si está enfadada conmigo o si sospecha de mí.
«Siento haberte roto el corazón, Alejandro. Soy muy infantil y ni siquiera pensé en tus sentimientos. No volveré a hacerlo. Así que, por favor, tienes que despertarte...», le susurré, esperando que me oyera.
Dejé de llamar a mi madre desde ayer, ya que no responde a ninguna de mis llamadas y eso me hacía parecer desesperada. Si no quiere hablar conmigo, le dar